pero no aburrimiento
ni tediosa rutina
señor taxista
por favor
lléveme a un hotel de confianza
uno bueno, bonito y barato
lléveme al bar más cercano
y que sea pronto
(esto lo saqué de una película)
lléveme donde haya mujeres ebrias y descalzas
bailando en la calle
deme el dinero suficiente
como para no tener que preocuparme demasiado por él
deme salud
bastante
vigor sexual
siempre
apetitos robustos y sanos
que consigan satisfacción
también
devuélvame a la italianita aquella
rubia, tetona y con acné
cuyos labios saboreaba goloso
a los quince años
los blanquísimos senos de la flaca
a la luz de la luna
llamas refulgentes en el jardín oscuro
deme mi copa rebosante
y mi plato colmado y gustoso
deme tiempo para escribir lo que tengo pendiente
y leer lo que se me antoje
mucha música, fotos, películas y pinturas
deme un festival de Woodstock particular
un sancocho a la orilla del río
mucha cerveza helada
un perro fiel e inteligente
una playa para mí solo
ostras con vodka y limón
un sol bonito
y la felación nuestra de cada día
démela hoy
amén
una fiesta larga con metales atronadores
guitarras chispeantes
y tambores bien templados
señor taxista
hágame usted el favor
vamos a buscar a las novias y a los amigos
para lanzarnos en ese tobogán de agua tibia
atravesar el desierto en motocicleta
lanzarnos en parapente
desde una altura aproximada de dos mil metros
tragar hongos alucinógenos
con helado de vainilla y miel
tumbarnos al sol con pereza
dormir deliciosamente empiernado
hasta después de mediodía
llorar de felicidad
varias veces al día
reírme de las cosas serias
eliminar el dolor
o en su defecto el miedo a sentirlo
sanear la atmósfera
desaparecer del planeta las armas de fuego
las cárceles y la tortura
los embarazos no deseados
las violaciones
las mentiras
la vergüenza
la culpa
el resentimiento
la injusticia
la mediocridad
la vulgaridad
los prejuicios
y la maldad
y que sea lo más rápido posible
es decir, ya.
Luis Lacave
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