martes, 29 de diciembre de 2009

Tiempo y poesía. El fin de año es indefinible. Ludovico Silva.


Los astros han querido, obedeciendo a una poética infinita, que el tiempo terrestre, el tiempo humano, se divida en horas, meses, años. Los hombres han recogido ese requerimiento celeste y así le dan categoría mágica, ritual, al fin de mes, al fin de año. Aparte del interés, digámoslo así, crematístico que tienen esos rituales humanos, hay el interés no menos definido de la Fiesta, latente en todo terrícola. Dionisíacas, Fastos, Nefastos, Idus, Navidad, Año Nuevo, Carnavales, etc., son fiestas dedicadas a la exaltación del tiempo. Del Tiempo en sí mismo, como ingrediente básico de las células. En suma, todo aquello que en una parte de la historia se ha llamado religión y que quizás es preferible llamar la condición política de la materia. Pues por más apegados a la práctica que estemos, dentro de nuestra misteriosa materia hierve el afán de lo desconocido, el fortísimo deseo de crear, la condición poética que nos dispara hacia todo lo mago, ritual, fantástico y milagroso. (...) Con esto quería decir que la condición poética de la materia humana es indefinible, o mejor, su única definición son los hombres mismos, definiciones de carne y hueso, y que por tanto resulta inútil o imposible tratr de definir celebraciones como el fin de año, porque pertenecen a los movimientos poéticos-temporales de la vida humana.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Régulo Villegas (1930 - 2006) El Paraíso de los condenados

Cruz-Diez


antepasados

El ojo espeso de la noche
anclada en el cuello de los toros
marca el viaje inicial de los amores

Fue en la época de las palomas sangrientas
cuando mis antepasados
desenrollaron el dedo de mi novia

Todos se confabularon contra mí

Mi novia y yo éramos de la misma edad
ella tenía dos lunas yo tenía un sol

y éramos jóvenes

Un enemigo de largo fémur
sentó una niña en mi frente
aún siento astillas en mis córneas
y un claro sabor a pila bautismal

Mi gran tío golpeó con su bastón
las serpientes de luz que mordían el agua

“Es inútil –dijo– que plantes
Trece estacas en el vientre de la iguana”

Yo estaba absorto peinando
el sexo de mi amada
por eso no sentí cuando un cangrejo azul
se prendió a mi calcañar

Palmeras crepusculares
llenan el día de latigazos cárdenos

Soy el Gran sanador el Superviviente

He regresado tres veces de un viaje
alrededor de una fruta fulgurante

Escudos alucinados me protegían
sin embargo yo fallecí entre las sirenas

Yo en mi conjuración devoré sus pechos
y mis tímpanos purificados del estiércol
fueron asediados por las palabras
como un estanque por pájaros silvestres

Yo al centro de los ruidos
De la cabeza de un hombre
brota una llama como un fósforo triste

Camino sobre muelles perfumados
camino sobre frutas ruines
como un relámpago lento

He aquí a mi amada que dice

“Sube a mis rodillas
antes que los conejos dorados
empiecen a rondar los techos”


del nacimiento


Yo habitaba mi país de origen
ignoraba los ritos y las iniciaciones
desconocía mis generaciones anteriores

Me desterraron bajo las garras azules de la lluvia
desde entonces lámparas húmedas lamen mi rostro

Único fue mi grito
incapaz de morder la forma de los signos
cuando mi padre dijo “Es Él”
y besaba mis pies y mi frente conocidos ya
por confesiones clandestinas de la sangre

Marché junto a mi sombra

Mujeres blandas como grasa
tornaron mi corazón límite fresco
pesado como un crimen

Hoy digo a mis padres

-Mirad el aire poblado de pulpos minerales
mirad al sol regando tachuelas en el piso

Digo –soy vuestra agonía más mis huesos
soy vuestra edad doblada en el olvido.

Antes de hablar sabed que de vosotros
filosos mandarines cortarán la sonrisa

viernes, 20 de noviembre de 2009

Gabriela Montero plays Joropo by Moises Moleiro

Enrique Lihn. Revolución.


No toco la trompeta ni subo a la tribuna
De la revolución prefiero la necesidad de conversar entre amigos
aunque sea por las razones más débiles
hasta diletando; y soy, como se ve, un pequeño burgués no vergonzante
que ya en los años treinta y pico sospechaba que detrás del amor a los pobres de los
sagrados corazones
se escondía una monstruosa duplicidad
y que en el cielo habría una puerta de servicio para hacer el reparto de las sobras entre los mismos mendigos que se restregaban aquí
abajo contra los flancos de la iglesia
en este barrio uncioso pero de cuello y corbata
frío de corazón ornamental
La revolución
es el nacimiento del espíritu crítico y las perplejidades que le duelen al imago en los lugares
en que se ha completado para una tarea por ahora incomprensible
y en nombre de la razón la cabeza vacila
y otras cabezas caen en un cesto
y uno se siente solitario y cruel
víctima de las incalculables injusticias que efectivamente no se hacen esperar y empiezan a
sumarse en el horizonte de lo que era de rigor llamar entonces vida
y su famosa sonrisa

martes, 10 de noviembre de 2009

Ernst Jünger: “La ebriedad es una llave que abre puertas a reinos inaccesibles a la percepción moral.”


El investigador de drogas es un fenómeno totalmente moderno. No puede surgir más que en una sociedad cuya imagen religiosa del mundo está hecha añicos, y donde, por consiguiente, también se ha perdido el saber sobre las implicaciones metafísicas y el carácter simbólico de la ebriedad y de los vehículos de embriaguez”.(1)

Si hablamos de investigadores de drogas, resulta ineludible la cita con Ernst Jünger, un interesante personaje alemán nacido en 1895 y escasamente conocido por estas tierras, quien dejó detrás de sí, una prolífica colección de trabajos escritos. “Acercamientos: Drogas y Ebriedad”, es quizás uno de los más reconocidos en el mundo psiconauta. En este libro, Jünger realiza un recorrido histórico sobre su vida en relación con distintas sustancias, desde el cloroformo hasta los hongos, pasando por la cocaína y el LSD.

El escritor alemán reflexiona en torno a las drogas, en función de la apertura a otros mundos que estas pueden producir. La ebriedad, dice Jünger, es una llave que abre puertas a reinos inaccesibles a la percepción moral. (2)
Y aunque su investigación e interés se centra en este tipo de sustancias, reconoce sin embargo que existen otros vehículos de apertura tales como la danza, el ayuno o la meditación. Por tal razón, la cuestión central en los estudios de Jünger no es tanto la droga en sí misma, sino el estado de ebriedad que conllevan. Sus investigaciones son un acercamiento a ese “mundo de quietud y sosiego esenciales” y las drogas son un mero “trasbordador”.

Pese a haber realizado experiencias no poco peligrosas con sustancias tales como el éter o el cloroformo, Jünger mantiene a lo largo de toda su obra, una actitud cautelosa y prudente frente a cualquier tipo de sustancia, advirtiendo que no todo el mundo puede soportarlo. En este sentido y de manera claramente explícita, marca una distancia con el norteamericano Aldous Huxley, quien había encontrado en las drogas un sucedáneo de la religión.

Hablando de Walter Frederking, el médico que lo introdujo en la experiencia con mezcalina, Jünger escribe: …he oído elogios sobre él como guía de pacientes, cuyo vehículo se encontraba gravemente averiado. A la sazón, además del “training autógeno” le ocupaba también del “narco-análisis”, es decir, el “sondeo de problemas psíquicos en un estado de ebriedad profunda inducido ad hoc. Sufrimientos que permanecen ocultos, con frecuencia, a la misma persona que los padece, deben hacerse conscientes y curarse. “Conjurarlos” mediante el verbo o darles nombre puede bastar como remedio. Ya en sí misma la ebriedad puede provocar una catarsis: purificación. (3)
Sin embargo, continúa su idea con una advertencia y reconoce que de la misma forma que pueden curar, estos remedios pueden causar daños ya que son remedios drásticos, que no todos los pacientes pueden soportar ni todo médico está llamado a administrarlos. (4)

Lo que mueve a Jünger a orillas de la ebriedad y el éxtasis, es una “curiosidad sublime” por lo desconocido y por lo que, a simple vista, no podemos percibir. El desafío consiste en descorrer el velo que cubre la naturaleza y sus fuerzas, en cuyo corazón difícilmente logramos penetrar. Quien anhela el mundo de la imágenes, -dice Jünger- no emplea los narcóticos ni para escapar al dolor ni para sentir euforia; busca lo fantástico. (5)

Por otro lado, en sus escritos analiza también la cuestión del tiempo y plantea que las drogas convocan a este “poder fundamental de la existencia”. En función del tipo de droga que se consuma (narcótico o estimulante) el tiempo se dilatará o se comprimirá. Si comparamos el tiempo –escribe- , como es habitual desde antiguo, con la corriente de un río, parece que bajo el efecto de estimulantes el lecho de ese río se angosta, que la corriente se acelera, como si descendiera al valle por remolinos y cascadas hervorosas. Pensamientos, mímica y gestos siguen a esta corriente; este tipo de ebrio piensa y obra más veloz e impulsivamente que el sobrio, también de forma menos predecible.
Por el contrario, bajo el influjo de narcóticos, el tiempo se remansa. La corriente fluye con más calma; las orillas se alejan. Cuando comienza el letargo, la conciencia va a la deriva como una barca sobre un lago cuya costa ya ni se vislumbra. El tiempo se vuelve ilimitado, oceánico. (6)

Cuando hablamos de drogas, la posibilidad del exceso está siempre plantada. Como lo explica Jünger, “exceder significa “salir”. He aquí “la norma que se abandona…”
En una era donde los relojes juegan un papel central, la evasión del tiempo mesurable es poco tolerada. La maquinaria exige ascetismo y no soporta las drogas que se consumen por placer e inducen al abandono del tiempo normal. Solamente tolera las drogas que se consumen para aumentar la normalidad tales como las pastillas con que se intenta corregir desequilibrios físicos o mentales. Salirse de la máquina significa no sólo tomar en anticipo placer y fuerza vital, sino y sobre todo, tiempo prestado y consumido de antemano… (7)

Basándose en los escritos de Rudolf Gelpke, Jünger explica las diferencias que existen a nivel interpretativo entre Oriente y Occidente en relación al tema de las drogas. Para los orientales, generalmente, el “camino hacia el interior”, el viaje místico, es la única experiencia de la realidad que traspasa tiempo y espacio y, por ende, el velo de la apariencia fugaz (8). Por el contrario, el hombre occidental asimila la realidad con el mundo externo, y por tal razón, y en palabras de Jünger, se sentirá siempre tentado de juzgar toda forma de vida, todo parecer y, en general, todo aquello que lo distancia de la acción, como “evasión” “frente” a la realidad y “de” la realidad. (9)


Jünger, E., Acercamientos: Drogas y Ebriedad, Tusquets Editores, Barcelona, 2000, p. 290

martes, 27 de octubre de 2009

Miyó Vestrini. Té de manzanilla. (Al "Chino" Valera Mora)





Mi amigo,
el chino,
escribió una vez sobre cómo se sientan
y caminan
las mujeres después de hacer el amor.
No llegamos a discutir el punto
porque murió como un gafo,
víctima de un ataque cardíaco curado con té de manzanilla.
De haberlo hecho,
le habría dicho que lo único bueno de hacer el amor
son los hombres que eyaculan
sin rencores
sin temores.
Y que después de hacerlo,
nadie tiene ganas
de sentarse
o de caminar.
Le puse su nombre a una vieja palmera africana
sembrada junto a la piscina de mi apartamento.
Cada vez que me tomo un trago,
y lo saludo,
echa una terrible sacudida de hojas,
señal de que está enfurecido.
Me dijo una vez:
La vida de uno es una inmensa alegría
o una inmensa arrechera.
Soy fiel a los sueños de mi infancia.
Creo en lo que hago,
en lo que hacen mis amigos,
y en lo que hace toda la gente que se parece a uno.
A veces nos quedamos solos
hasta muy tarde,
hablando de los gusanos que lo acosan
y del terrible calor que le entra todos los días
en esa arena y resequedad.
No ha cambiado de parecer:
un hambriento,
un desposeído,
puede sentarse y hacer amistad con Mallarmé.
Lautréamont nos acompañó una noche
y le dio la razón al chino:
la poesía debe ser hecha por todos.
Y llegaron los otros:
Rubén Darío mandando en Nicaragua,
Omar Khayyam con sus festejos,
Paul Eluard uniendo parejas de amantes.
Entre todos,
sumergimos al chino en la piscina, bajo la luna llena,
y se puso contento
como cuando tenía un río,
unos pájaros,
un volantín.
Ahora está arrecho otra vez,
porque le llevan flores
mientras trata de espantar a las cucarachas.
Quería que lo enterraran en Helsinki,
bajo nieves eternas.
Le dio la vuelta al mundo,
pasando por Londres donde una mujer lo esperaba,
y a su regreso,
tomó un té de manzanilla.
Él,
que amaba tanto las sombras,
ya no pudo trasnocharse.
Lúcido y muy hipócrita,
tenía un miedo terrible a morirse en una cama.
Sé,
porque me lo escribió en un papelito,
que la frase que más le gustaba era de David Cooper:
la cama es el laboratorio del sueño y del amor.

lunes, 19 de octubre de 2009

Para mirar

Sam Taylor-Wood - Self portrait as a tree


Weegee - Lovers



Salgado - Duelo

viernes, 16 de octubre de 2009

Alfredo Silva Estrada (1933 - 2009) In memoriam

Antes de partir

Antes de partir
No te detengas a mirar
Estas sábanas en desorden
Y ese vaso
Donde tantas veces uno ha bebido

Busca más bien
Los horizontes que puedas tejer como estambres
Los pájaros que comen sobre los hombros de los ciegos
Y esa ruta que te lleve
Como una escritura


Tiempo de vislumbres

El tiempo en contracción relámpago de hacer
Hacia las fuentes tantas puertas libres

Despiertas doncella en la copa roja
Y en el cobijarte con los signos

¿Cuándo vuelves bajo el ropaje de la tarde
O en el preludio donde te detienes?


Algo que diga ...

Algo que diga este transcurrir envolvente
(un niño nombra el objeto que nace entre sus manos)
viento tachado en su emerger lo posible
la cercanía de tu mano
a la altura de vallas descerrajadas
crea estaciones
donde el instante sabe como a fruto de infancia



martes, 13 de octubre de 2009

Waldo Bastías. Autopistas.



En la frenética velocidad
de una autopista
siempre encuentras
inesperados paisajes

Emociones desconocidas
y oscuros miedos
acechan al viajero

Jaurías de carros
autobuses y camiones
se persiguen
en una endemoniada cacería

No hay piedad

Sólo la violenta belleza del rock
y la visión del fiero mundo
permiten saborear
el paisaje brutal
de una autopista

¿Qué mejor forma para decir adiós
que fundirse a doscientos
kilómetros por hora en gasolina
la ardiente sangre
de las autopistas?

Mientras tanto
aún puedo ver los montes
las verdes praderas
También algunas aves
atraviesan el cielo caliente
de la tarde

La música golpea mis oídos
y me envuelve
Detrás de mí
una marea de fuego devorador
avanza.

Poema de Jaime Betancourt



es cierto
vengo de recorrer lo inaplazable
de vengar al asesinado espíritu del amor
de esperar paciente ante las cenizas
del Fénix inmemorial
y de tan cierto es
que una aureola pende sobre el filo
de mi espalda
y dos pupilas desteñidas
zumban hacia el horizonte.

viernes, 2 de octubre de 2009

Lo particular de Jorge Ibargüengoitía


Jorge Ibargüengoitia es un escritor que dejó una obra para mi muy valiosa y, no dejaré de insistir en ello, por razones artísticas. Me impresiona el que haya surgido en el contexto del boom latinoamericano con una condición discreta. Por supuesto, era reconocido en el ámbito, pero muchos otras autores latinoamericanos eran más leídos y populares. Uno incluso accedió a él por razones académicas, aunque desde desde el primer momento distinguí en él su capacidad de ser somero en el relatar y diáfano en la estructura. Lo hacía de un bien que me permitió contrastarlo con la literatura latinoamericana de entonces, más dada a estructuras complejas y a la narración sobrepuesta, disgregativa y variable. Sí, era somera su forma de narrar, porque iba directamente a los hechos. Podríamos decir que Ibargüengoitia es otro excelente ejemplo de narración llana. Al mismo tiempo mostraba cómo somos los latinoamericanos, como colectivo y como individuos. Aunque no llegaba a ser intimista, nos mostraba una faceta o una visión no sólo de un latinoamericano, sino de una persona que vive una experiencia que le pertenece a él. Digamos que ese carácter mágico destacado por buena parte de nuestra literatura continental, no estaba en sus personajes. Lo he dicho en otras ocasiones, la literatura latinoamericana es muy vasta y rica, hasta el punto de que aparece un autor como Ibargüengoitia, casi naturalista, con un lenguaje sin metaforizaciones y completamente clásico en el manejo de sus estructuras. Por supuesto, en algunas de sus obras experimentó con estructuras más complejas, pero, sin duda su fuerte fue la simpleza. Interesante que sea un ejemplo de nuestra riqueza, pues es un autor que, a pesar de que utiliza los mismos planteamientos del boom, consigue diferenciarse de los más representativos de ese movimiento.

Sus cuentos, novelas cortas y artículos de prensa son muy agradables de leer, y al mismo tiempo, te dejan lo que le interesó destacar. Eso es muy importante porque a pesar de lo asequible su mensaje suele ser duro. Sobre todo realista, no en términos politiqueros, de lo cual siempre se cuidó con mucho acierto, sino en términos políticos. Justamente supo mostrarnos las fallas civilizatorias mediante una expresión, además, graciosa o risible, sin dejar de destacar cierto grado de sarcasmo que nos mostraba la posibilidad de ser sutiles o de saber, los latinoamericanos, mostrarnos con amplias posibilidades de expresión al representar nuestra realidad. Gran logro y muchas veces no resaltado en su justo valor.

Ricardo Chitty

Para mirar


Berthe Morisot. Femme et sa toilette.


John Waterhouse. Hylas and the Nymphs


Ingres. Odalisque


Hans Magnus Enzensberger. Poesía para los que no leen poesía.




Decreto de aplicación

DEL ARTÍCULO 5, PÁRRAFO 3 GG
& 1. El arte es libre.
& 2. Se prohíbe al artista
ser inofensivo, discreto,
buen marido
con ingresos regulares.
& 3. El artista está obligado
a ser insoportable.
Con sus intervenciones
como aguafiestas asocial,
mártir ofendido,
náusea legendaria,
tiene que molestar, aburrir
y distraer a inofensivos, discretos,
buenos maridos
con ingresos regulares,
toda una vida.


la alegría

ella no quiere que se le mencione
se niega a que la pongan en papel
no tolera profetas
es una extraña
pero yo la conozco bien

ella echará por tierra
todo lo establecido
no mentirá
siempre está peleando

sólo por ella estoy justificado
es mi única razón
mi razón de estado
y no me pertenece

ella es obstinada y extraña
yo la encierro
y la oculto
como un defecto

ella es una fugitiva
no es para compartirla
ni para guardarla para mí solo

yo no guardo nada para mí
con ellos comparto todo cuanto poseo
un día me abandonará

otros serán los que la encierren
hasta que emprenda bajo la noche
su largo vuelo hasta la victoria.


para un libro de estudios superiores

no leas odas, hijo mío: lee los horarios de trenes.
son más exactos. despliega las cartas de navegación
mientras te queda tiempo. abre los ojos. no cantes.
vuelven los días en que clavarán
listas sobre las puertas y marcarán
el pecho de los que digan no.
aprende, mejor que yo, a pasar inadvertido.
cambia de barrio, de pasaporte, de cara.
haz el aprendizaje de una pequeña traición,
de la sucia salvación cotidiana.
las bulas son buenas para encender el fuego,
buenos los manifiestos para envolver mantequilla y sal.
te harán falta mucha cólera, mucha paciencia
para soplar en los pulmones del poder
el fino polvo asesino molido por aquellos
que mucho han aprendido,
por quien es exacto, por ti.

Una nota sobre la estética de la poesía de los ochentas en Venezuela.

Estate. Robert Rauschenberg


En los años ochenta ocurrió en Venezuela un proceso interesante en nuestra poesía. Desde los días de nuestro modernismo, habíamos cultivado asiduamente la poesía francesa, ello no quería decir que no se conocieran otros autores de otras lenguas, sino que era la poesía francesa la que, a través de los simbolistas y los surrealistas, parecía ofrecer la mejor posibilidad para acceder a la modernidad. Venezuela, después de la cultura hispana, poseía una gran influencia de la cultura francesa, y en nuestra afición por su poesía tenemos una prueba de esa realidad. Incluso a partir de los años cincuenta, la poesía venezolana se relanza con una aspiración de actualidad que asimilaba los logros de los poetas de vanguardia francesa y los poetas surgidos de ella, que intimaban procesos que los vanguardistas habían rechazado, es decir, los poetas franceses habían logrado abrir nuevas posibilidades expresivas con las vanguardias y, al mismo tiempo, habíase derivado de tales posibilidades una conciencia poética que encontraba necesario volver a principios que las vanguardias habían desechado. Así, los poetas posteriores a la primera guerra mundial comenzaron a transformarse y, hasta antes de la segunda guerra mundial, forjaron una contemporaneidad más amplia, donde los valores poéticos se reinventaban. Justamente desde los cuarenta y todos los cincuenta, la poesía venezolana asimiló rápidamente esas manifestaciones y pudo reinventar el legado hispánico clásico y moderno y el legado del simbolismo francés con nuevas posibilidades. Desde entonces la poesía venezolana sostuvo un desarrollo contínuo bajo la influencia francesa. Sin embargo, en los ochenta la poesía de habla inglesa se puso de moda, especialmente por la poesía conversacional, por la reinvención del modernism británico y por los poetas norteamericanos contemporáneos. En esa década yo estaba igualmente interesado en la poesía conversacional, aunque sin desmedro de la poesía francesa. En ese contexto, surgió el hallazgo de dos poetas de lengua alemana: Gottfried Benn y Hans Magnus Enzensberger. Este último había sido traducido al castellano en una antología titulada “Poesía para los que no leen poesía”.

En los ochentas, muchos poetas aprovecharon esa tendencia por la prosodia para decir unos disparates sobre la poesía que demostraban una pobre conciencia poética, sobre todo porque obviaban que la poesía conversacional, igualmente posee cualidades fundamentales de la poesía, como la musicalidad, ritmo, cadencia, imágenes y metaforización. No entendían que aunque la prosodia no respetaba la métrica absoluta, permitía variables métricas que dependían del sentido, pero articulaban cierta periodización de acentos que originaba una melodía y un ritmo particular. En realidad, Enzensberger logra mostrarnos las posibilidades de lo conversacional y nos da la impresión que lo hace desde la perspectiva no poética y consigue resultados poéticos. La poesía alemana, a pesar de que muchos de sus clásicos son conocidos, en los ochentas y aún hoy día, no tiene mucha relevancia. En aquellos días el contacto con Enzensberger me demostró que la poesía conversacional podía enarbolar imágenes crudas y carentes del brillo del esplendor de la musicalidad o de la metaforización, pero con el encanto de la condensación de la realidad. Creativo procedimiento de utilizar al sentido como imagen. Ironizar con lo evidente como si el carácter poético fuera un recibo de mensualidad o transacción de cajero automático.


Ricardo Chitty

jueves, 17 de septiembre de 2009

Robert Girón. Entre dos aguas.

William Blake

Sé que el cielo y el infierno existen
vuelo y habito entre ellos
entre la quietud y la rabia
entre la dulzura y el desespero
entre el retozo y el castigo
Hay una línea indivisible entre ellos
Delgada
pequeña
muy pequeña
¿Dónde soy más feliz?
Prefiero la fuga.


(Bar Metropolitan, Esq. Puente Yanes, Caracas, 17/09/09)

viernes, 11 de septiembre de 2009

Poema


El rostro de la muerte se lleva a los hombres

y despide algo en nosotros mismos

nos deja sin una parte y aunque sea ínfima

vemos cómo la huella de un pie

que alguien dejó a nuestro lado

o en nosotros mismos como un fuerte apretón

nos separa de ese rostro inerte

y sólo el recuerdo del timbre de la voz

nos separa de ese rostro inerte

y sólo el recuerdo del timbre de la voz

nos lleva a cuando la vida permitió un cruce

o un encontronazo o un simple toque silente.

Nadie nos dice de la maravilla de acceder

al mundo invisible

sólo algunos libros de sabios

cuyos vacíos bolsillos no convencen a nadie.


Ricardo Chitty

(Bar Moderno, La Candelaria, Caracas. 11/09/09)

Kenneth Rexroth. Las ventajas de aprender.


Soy un hombre sin ambiciones
Y con pocos amigos, totalmente incapaz
De ganarse la vida, que no
Rejuvenece, fugitivo de alguna condena.
Solitario, mal vestido, qué importa?
A medianoche me preparo una taza
De vino blanco caliente y semillas de cardamomo.
En una rasgada bata gris y vieja boina,
Me siento en el frío a escribir poemas,
A dibujar desnudos en los arrugados márgenes,
A copular con quinceañeras
Ninfómanas de mi imaginación.




EL TIEMPO ES UNA SERIE INCLUSIVA DIJO McTAGGART
5 poemas sobre este asunto

I

En sólo un minuto nos diremos adiós
Me iré conduciendo y te veré
Cruzar el bulevar en el espejo retrovisor
Quizás distingas mi cabeza
Perdiéndose en el tráfico
Y luego nunca jamás nos volveremos a ver
Esto ocurrirá en sólo un minuto

II

Calle Willow
Calle de hojas amargas
Tres generaciones de putas en las ventanas
Madre hija nieta
De quién eres la zorra
La zorra de nadie soy una zorra sola
Una negra zorra sola una triste zorra sola
Zorra triste así soy yo
La mejor cabeza de la calle Willow
Está muerta Helen muerta Dolores muerta
La calle Willow es sólo una isla
En un complejo de viviendas de diez pisos
La calle Willow desapareció junto con
La calle de los chicos malos la calle de las chicas malas
La calle donde el corazón descansa
Dejarán al menos un pequeño corredor
Para ponerle mi nombre

III

Hablar en una habitación oscura
Vuelan pájaros hacia el nublado espejo
Y nunca regresan
El espejo se desgasta

IV

Durante mucho tiempo
He estado siguiendo una negra hiedra
No puedo hallar la raíz
No puedo hallar la punta
Hay un alto muro de espinas
Hay un grueso muro de espinas
Alrededor de un castillo desconocido
Las espinas están cubiertas de flores
Cada flor es diferente
Pero su olor es el perfume
De un cuerpo que he perdido

V

Miles de pétalos blancos
Esparcidos en las aguas de las horas
Música de luz de luna mar ondeante
Sentimientos trillados
Desengaños y besos
Voces que cantan y voces
Lejanas en la playa brumosa
Junto a las fogatas
Cantando para siempre para siempre.


jueves, 3 de septiembre de 2009

Para mirar

George Areshidze. Autumn in the sky


Marcus Krackowizer. Self portrait


Peter Feichter. Mädle III

John Updike. Muerte de una perra.



Han debido patearla o quizás la golpeó

un carro sin darme cuenta. Muy joven

para saberlo todo, había comenzado a aprender

el uso de los periódicos regados en el piso de la cocina,

ganándose, con su orine, el elogio “perra inteligente, inteligente”.

Pensamos que su cautelosa enfermedad era una reacción

a la vacuna. La autopsia reveló un hígado destrozado.

Mientras intentábamos hacerla jugar, su piel se llenaba

de sangre y el corazón aprendía a yacer para siempre.

El lunes por la mañana, cuando los niños ruidosamente

desayunaban y eran enviados al colegio, se deslizó debajo

de la cama del más pequeño. La encontramos fláccida

y retorcida, pero viva. En el carro, camino del veterinario,

tendida en mi regazo, trató de mordisquear mi mano

y murió. Acaricié su cálida pelambre y mi esposa

en lágrimas la llamaba con voz imperiosa.

Aun rodeada del amor que hubiera podido nutrirla.

Sin embargo se hundió y al crisparse desapareció.

De vuelta a casa nos dimos cuenta que en la noche su cuerpo,

cercano a la consunción, había soportado la pena de una diarrea

arrastrándose por el piso hasta llegar a un periódico

dejado allí por azar. Perra inteligente.

Trad.: Douglas Palma

martes, 1 de septiembre de 2009

Bartolomeo Vanzetti : Último discurso en la corte.


He estado hablando mucho de mí mismo
y ni siquiera había mencionado a Sacco .
Sacco también es un trabajador,
un competente trabajador desde su niñez, amante del trabajo,
con un buen empleo y un sueldo,
una cuenta en el banco, y una esposa encantadora y buena,
dos niñitos preciosos y una casita bien arreglada
en el lindero del bosque, junto a un arroyo.
Sacco es todo corazón, todo fe, todo carácter, todo un hombre;
un hombre amante de la Naturaleza y de la Humanidad;
un hombre que lo dio todo, sacrificó todo
por la causa de la libertad, y su amor a los hombres;
dinero, tranquilidad, ambición mundana,
su esposa, sus hijos, su persona
y su vida.
Sacco jamás ha pensado en robar, jamás en matar a nadie.
Él y yo jamás nos hemos llevado bocado
de pan a la boca, desde que somos niños hasta ahora,
que no lo hayamos ganado con el sudor de la frente.
Jamás...
Ah, sí, yo puedo ser más listo, como alguien ha dicho;
yo tengo más labia que él, pero muchas, muchas veces,
oyendo su voz sincera en la que resuena una fe sublime,
considerando su sacrificio perpetuo, recordando su heroísmo.
Yo me he sentido pequeño en presencia de su grandeza
Y me he visto obligado a repeler
Las lágrimas de mis ojos,
Y apretarme el corazón
Que se me atorozonaba, para no llorar delante de él:
Este hombre al que han llamado ladrón y asesino y condenado a muerte.
Pero el nombre de Sacco vivirá en los corazones del pueblo
y en su gratitud cuando los huesos de Katzmann
y los de todos vosotros hayan sido dispersados por el tiempo;
cuando vuestro nombre, el suyo, vuestras leyes, instituciones
y vuestros falso dios no sean sino un borroso recuerdo
de un pasado maldito en el que el hombre era lobo para el hombre...

Si no hubiera sido por esto
yo hubiera podido vivir mi vida
charlando en las esquinas y burlándome de la gente.
Hubiera muerto olvidado, desconocido, fracasado.
Esta ha sido nuestra carrera y nuestro triunfo. Jamás
en toda nuestra vida hubiéramos podido hacer tanto
por la tolerancia, por la justicia, porque el hombre entienda
al hombre como ahora lo estamos haciendo por accidente.
Nuestras palabras, nuestras vidas nuestros dolores-
--¡nada!
La pérdida de nuestras vidas –la vida de un zapatero y un pobre vendedor de pescado-
¡todo! Ese momento final es de nosotros,
es agonía de nuestro triunfo.

(de antología de poesía norteamericana de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal)

jueves, 27 de agosto de 2009

La Catedral de Exeter




La catedral de Exeter, en Gran Bretaña, me atrae por su forma de ermita y ello, al mismo tiempo, permite hablar del gótico británico. Una de las diferencias básicas entre el gótico francés y el inglés es que la planta de la catedral gótica inglesa es más ancha, y por lo tanto determina una verticalidad más extendida que la francesa. Con respecto a Exeter su condición nos recuerda a la fachada de la catedral de Bauveis, y con mucho parentesco con la capilla de Henry VIII. Sobre todo por su estructura encajonada, como de ermita, que enjuta sus arbotantes y la hace muy particular. Así, parece que los constructores prefirieron concentrarse en la nave principal. Ahora, el gótico inglés, por el tipo de planta, pareciera tener cierta reminiscencia con el templo griego, más dado a la horizontalidad. Es palpable sobre todo por el hecho de que las torres parecieran emerger desde el final de esta planta, especialmente en la fachada de la catedral de Lincoln, pero incluso cuando las torres están desarrolladas desde la planta baja y atravesando la planta alta como en la fachada de la catedral de Wells, se siente que las plantas son rectangulares y horizontalizadas. Sólo las esculturas y los vitrales tienen la dinámica de la curvatura, aunque a diferencia del gótico veneciano, el gótico inglés tiene una verticalidad y una filigrana rica, que suele ser más recatada en comparación con el gótico francés y, quizá, el concepto de la planta tenga relación con ello.
Exeter tiene otra característica, y es que la planta baja de la fachada parece un muro esculturado y que funciona todo él como un pórtico. Esto demuestra que su planta es compacta, rectagonal y horizontalizada, no verticalizada, y ello nos induce a realizar otra comparación, esta vez con el templo griego; aunque éste depende de columnas y dinteles la geometría de su planta es rectangular y horizontal. Exeter, como construcción gótica característica, depende más de la pared, que adquiere su verticalidad por la escultórica dispuesta en su superficie. De modo que la primera planta de Exeter, la base de su fachada, es toda ella como un gran dintel, eso sí, dinamizada por la talla, que le da una trama rica, y que evita que sea simplemente una base compacta. Se comprueba todo ello por el salto que tiene que dar la planta alta para aligerar y levantar estilizadamente la fachada. La horizontalidad, sin embargo, sigue presente pero con el rosetón y las paredes longitudinales de la nave central se dinamiza por los arcos de medio punto y las columnas incrustadas en la pared, que expanden la estructura de la nave. Ahora, con el rosetón de la fachada incrustado en una ojiva enmarcada en un cuadrángulo, remata, por un pórtico triangular y con un rosetón mucho más pequeño que tiene un remate piramidal, que termina de aligerar y verticalizar la horizontalidad del diseño. El gótico inglés a pesar de este vínculo con el templo griego, al igual que el gótico veneto que, igualmente tiene parentesco con el mismo templo griego, pero como gótico al fin se desprende del veneto y del griego por sus arbotantes, ojivas, arcos de medio punto, su ornamentación escultórica y sus relieves de líneas y curvaturas que dinamizan la estructura, dándole su característica volatilidad espacial.
Ahora, el rosetón de la fachada de Exeter igualmente tiene su particularidad y, de hecho, la forma del rosetón del gótico inglés es también diferente de el del gótico francés. En principio está enmarcado en una gran y única forma ojival, como se aprecia en los interiores de Chartres y en los de Reims, donde estan enmarcados en ojivas. Aunque en el exterior, estos rosetones enmarcados ojivalmente conservan su oblicuidad. Sin embargo, en Exeter, el rosetón de la fachada está enmarcado como si se tratara de una ventana ojival o de una ventana de tracería. Su oblicuidad está en su forma interna y ésta, incluso, tiene una trama que muestra esta oblicuidad como incrustada en la madeja interior. Interesante y, al mismo tiempo, permite aligerar la estructura de la fachada, que como ya hemos dicho su planta baja es un muro de piedra esculturado. El que ideó está combinación recurrió a esta forma del rosetón enmarcado en la inmensa ojiva, aligerando y permitiendo así combinar verticalidad, transparencia y volatibilidad con la planta en horizontalidad. En términos generales el rosetón del gótico inglés es mucho más discreto y, a pesar del rosetón del transepto de la catedral de Lincoln, cuya rica trama nos demuestra la capacidad orgánica de la forma, el inglés no posee la preponderancia de la oblicuidad como en Francia; sólo Exeter posee algo parecido y, sin embargo, con unas características sumamente particulares, porque primero llegó al extremo de depender casi totalmente del rosetón para aligerar la fachada, en una forma no usada por los franceses.

Ricardo Chitty
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