Kurt Schwitters Invisible Ink
Sobre la tendencia sociologizante de los estudios literarios he sido claro y reiterativo: la sociología y la historia pueden ayudarnos a comprender el hecho literario, pero menospreciar el valor expresivo como algo fundamental es un gravísimo error y condena a los estudios literarios a servir a los elementos extraliterarios. Si bien ha ocurrido lo mismo con la psicología, la antropología y la lingüística, es el estudio sociologizante el que ha hecho fijar la atención del intérprete en los estudios culturales que reúnen a todas estas disciplinas como un conjunto de análisis que no hablan de la expresión, ni del que expresa, y sólo le interesa lo expresado en relación a cierto tema y en cierta coyuntura y no como algo que por sí mismo ejerce una función comunicativa. Es la crisis de las humanidades producida por la supremacía del método sobre el conocimiento.
Error civilizatorio que ha alejado a la academia del lector, al autodidacta del académico y que ha convertido al academicista en el único autor con autoridad. Sin embargo, y afortunadamente, al realizar estudios culturales sin tener cultura se demuestra una insuficiencia que no satisface la sensibilidad e interés contemporáneo de valorar la cultura por sí misma.
Cuando nos damos cuenta de que ciencia y cientificismo no son sinónimos, encontramos el punto de inflexión que nos permite apreciar y analizar en forma simultánea, alejando a los neófitos prepotentes en manejar fórmulas, quienes, imposibilitados de disponer variables, se ven obligados a reconocer al ámbito de la cultura con sus propias cualidades. Es decir, tarde o temprano tendrán que reconocer cuándo una obra está mejor hecha que otra, aunque expresen lo mismo o traten el mismo tema.
Ricardo Chitty
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