Dura menos un hombre que una vela
Dura menos un hombre que una vela
pero la tierra prefiere su lumbre para seguir el paso de los astros.
Dura menos que un árbol,
que una piedra,
se anochece ante el viento más leve,
con un soplo se apaga.
Dura menos un pájaro, que un pez fuera del agua,
casi no tiene tiempo de nacer,
da unas vueltas al sol y se borra
entre las sombras de las horas
hasta que sus huesos en el polvo
se mezclan con el viento,
y sin embargo, cuando parte
siempre deja la tierra más clara.
Quita a la piedra que soy
lo que le sobra,
martilla, esculpe, talla.
Sé que tu mano puede dar la forma exacta,
sé que tu amor puede alcanzarme
más allá del peso de las horas
y la ciega tiranía de los astros.
No soy sólo esta sombra en la tierra
que persigue la muerte,
lee las vocales de mi cuerpo
las palabras que buscan la vida
al fondo, venidas desde lejos, las que estallan
en el sueño,
haz que a tus ojos sea legible, sea nítido,
quiero indagar mi noche estrella por estrella.
Quita a la piedra que soy
su oscuridad,
su pátina terrestre,
frente a frente quiero ver mi deseo.
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